Todo lo que hago lo hago por amor
Cuando empecé altrgo -inicialmente alterego- estaba recién mudada, y no tenía ni un año desde que me gradué. Estaba hambrienta por hacer las cosas que me gustan, porque para eso estudié (afortunadamente). Sin embargo, estaba nueva en un lugar donde no conocía a nadie y no tenía un portafolio que mostrar. Nadie empieza a trabajar en moda en estas condiciones. Decidí empezar la marca porque me pareció una buena excusa para poder plasmar “mi visión” sobre la moda y las cosas que me gustan. Pensé que si tenía un proyecto para mostrar, iba a ser más fácil conseguir algún trabajo de lo que me gradué (Marketing de Moda). Spoiler alert: nunca conseguí nada.
En este proceso de pruebas y errores me di cuenta que tenía muchas cosas por decir. Me sentía frustrada, inconforme y resentida, pero al mismo tiempo descubrí que era capaz de liberarme de estos sentimientos a través de altrgo. Empecé a cuestionar quién soy, mi relación con mi cuerpo, con la moda y con el espacio en el que habito como inmigrante. Después de tantos pensamientos e inseguridades, me di cuenta que mi relación con la moda era emocional; siempre volvía a la ropa que me hacía sentir como había querido sentirme por mucho tiempo. Naturalmente quise replicar ese sentimiento con todo lo que hago en altrgo, entonces empecé idealizarme. Gracias a que este espacio es mío y nadie me dice que hacer, pude empezar a fantasear con esa Adriana que siempre quise ser: una persona libre, rebelde, audaz, imponente. Que no le importa lo que digan los demás, que se siente cómoda en su cuerpo y que es capaz de decir lo que piensa y siente. Todo esto lo pude traducir en un monograma, y posteriormente, en prendas de vestir que nos protegen. A mí, a mi yo del pasado, y a cualquier persona que se identifique con lo que estoy haciendo.
Gracias a que a través de altrgo he sido capaz de cerrar la brecha entre mi ego y mi alter ego, me di cuenta que todo lo que hago lo hago por amor. Por amor al arte, por el amor que aprendí a tenerme, pero sobre todo por el amor a expresarme. Es gracias a ese mismo amor que sigo empujando para abrirme un hueco en esta industria superpoblada donde todavía no me hallo, pero donde espero que cada vez se abran más espacios para gente como yo. Siempre pienso que no soy la única que se puede sentir así.
Al final del día me siento feliz de tener este medio en el que puedo fantasear, decidir por mi misma, y usar ropa hermosa en el proceso. Cada cosa que hago tiene su razón de ser porque esa es la forma en la que me gusta consumir moda, y como me gustaría educar a otros a hacerlo. Espero que todo esto que estoy creando desde el cuarto de mi casa en un país ajeno siga floreciendo, y este amor del que hablo les llegue a donde están.
Besos, Adriana.